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John Wayne solo rodaba por las mañanas, porque por la tarde era un "borracho malvado": "Más malo que una serpiente de cascabel pisoteada"

John Wayne solo rodaba por las mañanas, porque por la tarde era un "borracho malvado": "Más malo que una serpiente de cascabel pisoteada"

La afición a la bebida de actor era de conocimiento popular y los estudios organizaban el rodaje de sus escenas para evitar el momento en que cogía la botella de bourbon

El próximo 26 se cumplirán 50 años desde que John Wayne estrenó la que sería su última película, El último pistolero, pero en todo este tiempo ningún otro intérprete ha logrado arrebatarle el récord de ser el actor con más papeles protagonistas de la historia del cine. Falleció solo tres años después, a consecuencia de un cáncer de estómago, a la edad de 72 años, tras haber dedicado toda su vida a hacer cine. Sus números son imbatibles: John Wayne apareció en 153 películas, fue protagonista en 142 de ellas y su época más prolífica fueron los años 50 y 60, justo después de comenzar a despuntar en los 40. En 12 años, de hecho, llegó a rodar 69 películas, 44 de las cuales fueron wéstern.

Siempre asociado a la imagen de tipo rudo y antipático, John Wayne fue una auténtica estrella de Hollywood y su legado en la industria es indiscutible, pero, con el paso del tiempo, es bien sabido que el trato con él no era fácil. De inclinación absolutamente conservadora y abiertamente racista y homófobo, lo que en una época muy diferente no le afectó negativamente porque conectaba con una sociedad que todavía tenía mucho que avanzar, con el tiempo le restaría prestigio. Incluso, con el paso del tiempo llegaría a pedirse retirar su nombre del Paseo de la Fama de Hollywood y más recientemente también de un aeropuerto de Orange County.

Su costumbre de escupir constantemente en el set era objeto de rechazo de algunos de sus coprotagonistas y, al parecer, siempre solía elegir a alguien con quien descargar sus ganas de humillar. Comportamientos desagradables y poco empáticos que no ayudaban a la armonía en el set y que empeoraba su afición a la bebida, siendo de conocimiento popular que podría resultar especialmente problemático cuando comenzaba a beber.

De hecho, en el libro Cut to the Chase: Forty-Five Years of Editing America's Favourite Movies de Sam O'Steen, un técnico de cine que tuvo la oportunidad de trabajar con numerosos directores como montador a lo largo de su carrera, el editor afirmó que los estudios organizaban los rodajes de forma que las escenas de Wayne pudieran completarse por la mañana, porque por las tardes, tan pronto como comenzaba a beber bourbon, se convertía en un a "borracho malvado". comenzara a beber bourbon, algo que confirmó TV Over Mind tal y como recoge la revista Far Out: "Por la tarde [Wayne] estaba camino de estar completamente borracho y más malvado que una serpiente de cascabel después de haber sido pisoteada"

Su afición por la bebida le hizo conectar mucho con uno de los actores con los que más trabajaría en su vida, Ward Bond, aunque la primera vez que John Ford los reunió, no se llevaban nada bien. Finalmente, consiguieron entenderse con una botella en la mano, para sorpresa de nadie, puesto que una popular frase que a menudo se le acredita a John Wayne es que "nunca confío en un hombre que no bebe".