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Es casi imposible de descifrar, pero, ¿sabías que la matrícula del coche de 'Bluey' esconde dos palabras?

Hay que ser todo un experto en pantones para darse cuenta, eso sí

Aunque ahora nos cueste creerlo, a Joe Brumm le costó vender Bluey a los ejecutivos cuando finalmente pudo montar su piloto, allá por 2017. Y es que no había ningún tipo de gran concepto ni de profundidad emocional: era, al menos en un principio, una serie sobre estar con tu familia y jugar. Sin embargo, cuando empezaron a desarrollarla, se convirtió en mucho más, y fue adquiriendo distintas capas de profundidad emocional que la convirtieron, por méritos propios, en la serie infantil con la que todo el mundo se ha obsesionado durante el último lustro.

La clave de Bluey es mostrar el descontrol de la vida familiar real, sin enseñanzas de ningún tipo: nadie enseña a contar, a leer o a comportarse. De hecho, la idea original de su autor era mostrar a los padres que sus hijos estaban aprendiendo la vida real a través del juego, y que no podían dejarlo a un lado en su educación. El propio Brumm, que creó la serie, lo hizo fijándose en los comportamientos de sus hijas, que cuando se creó el piloto tenían 4 y 6 años respectivamente.

Aunque parece una serie muy sencilla, lo cierto es que el nivel de detalle es abrumador. Por ejemplo, solo hay que fijarse en la matrícula del coche de los padres de Bluey, que es "4194HLR". A priori no dice nada, pero en realidad lo dice todo: 419 es el código que equivale al color azul, y "HLR" es un diminutivo de "Heeler", la familia protagonista. Así que la matrícula realmente dice "Azul para Heeler". Maravilloso.

Cabe destacar que en su momento de mayor éxito, y cuando cualquiera explotaría a los personajes hasta la extenuación, Brumm decidió poner punto y final a la serie con tres fabulosos episodios y centrarse en una futura película. ¿Dan estos episodios de siete minutos para una hora y media de diversión con los Heeler? En el fondo, conoces la respuesta: por supuesto que sí.